Ya tanto he escrito, ya tanto he pensado ... ya tanto he vivido y han sido sólo dieciséis años . Me siento de nuevo irreal, mintiendo a mi mente, endulzándola de seda... como la poesía no?
Eso hace el poeta: miente. Yo mentía, yo no era poeta,,, otros me llamaban así. Y así empezó y terminó la historia de mentir mientras escribo... porque sabrás... al escribir tratamos de sonar coherentes dejando de lado la espontaneidad, la pureza, la simpleza y todos los sinónimos sonados en natural. Y por qué es así? Es obvio, yo he leído palabras que por mas bellas que sean he dejado de entender y por eso siempre intenté sonar lo más coherente posible. Y ahora redundo como una pelota. Con el internet, con los videos, con la privacidad, es mucho más fácil mentir, armar una pared blanca o de color rosa... El aislamiento nos ha hecho una especie avergonzada de sí misma, condenada a sufrir por su propia realidad. Sí, la tecnología... pero ella no tiene la culpa... en realidad la tecnología es sólo una cadena más del hombre. El hombre la posee pero ella nos controla, nos destruye, nos devora. Hasta que un día el hombre ya no sepa hablar ni escribir ni mentir siquiera y huyamos cada vez más lejos de nuestros propios hermanos. Buffff... Ahora levanto la mirada y veo el cielo tan puro en su color. Ves esa nubes blancas contorneadas de un plomo muy agradable? Y ese piso del cielo... celeste como un manantial de ilusiones, celeste y puro como el azul más claro. Tú qué dices? ya terminé de escribir? Yo digo que sí.